Los terrores nocturnos

Los terrores nocturnos

Los terrores nocturnos son esos característicos trastornos del sueño donde el sujeto se despierta velozmente de un sueño aterrorizado.  Muy frecuentemente, la persona se despierta gritando, asustada y confundida.

Una interrupción del sueño que parece una pesadilla

Es un momento donde la persona no es consciente de lo que está pasando, pudiendo incluso golpear a otra persona que se encuentre a su lado o tirar y romper objetos. ¡Un gran peligro si tenemos objetos de valor cerca!

Este tipo de trastorno se caracteriza, además de por no recordar nada de lo ocurrido al día siguiente, por producir que la persona se encuentre sudando, respirando muy rápidamente, con las pupilas dilatadas y por durar de 10 a 20 minutos, para después volver a dormirse.

Un trastorno que suele producirse durante las primeras horas de la noche, en la fase de sueño profundo.

Los factores más habituales con los que se relacionan los terrores nocturnos son:

1. Antecedentes en la familia

La tendencia a padecer este tipo de trastorno puede ser causa de herencia.

2. Horarios de sueño irregulares

La falta de sueño o tener sueños irregulares, puede provocar que en las fases de sueño profundo aparezcan terrores nocturnos, ya que el sueño en estos casos puede ser más profundo cuando se consigue conciliar.

3. Uso de ciertos medicamentos

El uso de ciertos medicamentos puede aumentar la aparición de terrores nocturnos, pues son muchos los medicamentos que aumentan las fases de sueño profundo.

4. Desarrollo inmaduro del cerebro

En ciertas etapas donde el desarrollo del cerebro aún es inmaduro, se pueden dar casos donde el niño sufre terrores nocturnos. Esa inmadurez, hace que el niño tenga dificultad para salir del sueño y despertarse por completo.

¿Por qué ocurren los terrores nocturnos?

Cuando hay un exceso de excitación del sistema nervioso central durante el sueño es cuando se producen los terrores nocturnos.

Estos terrores ocurren durante el sueño profundo no REM. Las pesadillas, sin embargo, ocurren durante la fase de movimiento rápido de los ojos (REM).

Un dato a tener en cuenta es que no debemos confundir los terrores nocturnos con sueños, pues técnicamente no son lo mismo. Los terrores nocturnos son la reacción repentina del miedo que sucede durante la transición de un sueño a otro. Algunos especialistas aconsejan la utilización de productos para dormir con el fin de minimizar estos sueños.

Los terrores nocturnos en niños

Los terrores nocturnos son muy  frecuentes en la infancia, la mayoría de los padres han consolado alguna vez a sus hijos después de una pesadilla.

Algo que deja más tranquilos a los padres es saber que estos terrores nocturnos no son síntoma de ningún problema médico, tan solo son malos sueños que ocurren con frecuencia en la infancia, pero que a medida que el niño va creciendo, y el sistema nervioso madura, estos terrores van desapareciendo.

Un síntoma que no debe de preocuparnos en absoluto y que, en muchos casos, se trata de una tendencia familiar a los terrores nocturnos heredada. Pues alrededor del 80% que padece de terrores nocturnos tiene algún miembro de la familia que también los sufría.

Una ventaja de los terrores nocturnos que sufren los niños, es que a la mañana siguiente no suelen recordar nada de lo ocurrido, por lo que queda en un pequeño susto momentáneo para los padres. No recordar nada viene como consecuencia del sueño profundo en el entran los niños, por la inmadurez del cerebro que hemos comentado. Una forma de identificar los terrores nocturnos en niños es que si recuerdan lo ocurrido se trata de una pesadilla.

En niños, estos terrores nocturnos suelen ocurrir 2 o 3 horas después de que el niño se haya quedado dormido, que es cuando el sueño se mueve desde la etapa más profunda del sueño no REM hasta el sueño REM más ligero. Esta transición suele ser suave, pero si el niño se pone molesto esa reacción del miedo es lo que llamamos terrores nocturnos.

A menudo, este tipo de malos sueños, se caracterizan porque el niño podría:

Tener una respiración más rápida de lo normal, además de un latido de corazón más rápido Estar sudando Sentarse, de repente, en posición vertical en la cama Tener terrores nocturnos, calmarse y volverse a la cama después de unos minutos. Estar sudando, molesto y asustado

Estos terrores pueden aparecer en situaciones donde el niño, por ejemplo, se encuentra con fiebre, está tomando un nuevo medicamento, ha dormido fuera de casa o no ha dormido lo suficiente.

Los terrores nocturnos en adultos

Aunque el 40 % de las personas han sufrido en su infancia algún episodio de terrores nocturnos, pocas son las que lo siguen sufriendo en la edad adulta, aunque cualquier persona puede sufrirlos.

La diferencia de los adultos con respecto a los niños es que a la mañana siguiente, lo más común, es que si que recuerden el terror nocturno vivido a mitad de la noche. Una gran desventaja.

Deja un comentario