8 Remedios Naturales Que Podrían Ayudarlo a Dormir

8 Remedios Naturales Que Podrían Ayudarlo a Dormir

La falta de sueño es uno de los problemas más comunes entre la población adulta. La fundación norteamericana American Sleep estima que el tiempo medio que pasamos durmiendo profundamente es de seis horas y cuarenta minutos, una cifra muy por debajo de las ocho horas diarias recomendadas.

Al igual que llevar una buena alimentación y hacer ejercicio de manera habitual, un sueño de calidad es un requisito imprescindible de cara a preservar nuestra salud. De hecho, está demostrado que el insomnio favorece el envejecimiento prematuro, así como el desarrollo de enfermedades de todo tipo: desde el cáncer hasta la diabetes, pasando por todo tipo de cardiopatías y problemas emocionales, como la depresión y la ansiedad.

Remedios Naturales Que Podrían Ayudarlo a Dormir

El uso de medicamentos, productos para dormir está cada vez más extendido en el mundo occidental. Pero, obviamente, esta no es una solución a largo plazo. Debemos encontrar la causa que nos hace dormir mal e intentar paliarla, si no erradicarla, antes de que nuestra salud se resienta. Abusar de somníferos es solo un remedio temporal con el que ocultar la raíz del problema. De este modo, la falta de sueño cada vez va haciendo más mella en nuestro organismo y, además, corremos el riesgo de caer en la adicción.

A continuación presentamos 8 remedios naturales que podrían ayudarlo a dormir sin necesidad de acudir a la farmacia.

Melatonina

También conocida como la hormona del sueño, la melatonina es generada por nuestro propio organismo a lo largo de nuestra vida. El órgano encargado de segregarla es la glándula pineal. Esta permanece inactiva durante las horas diurnas y se activa al caer el sol. Es entonces cuando recibimos la dosis de melatonina que nos ayuda a dormir. El problema reside en que conforme nos hacemos más mayores, esta dosis se va reduciendo, por lo que si usted padece de insomnio quizá sería bueno probar a tomar una pequeña dosis justo antes de irse a la cama.
Yoga y meditación

Está más que demostrado que practicar yoga (cuyo fin último es una meditación más profunda) ayuda no solo a relajarse y a sentirse más ágil, sino también a conciliar el sueño de forma más rápida.

Ejercicio regular

La práctica asidua de ejercicio hará que liberemos tensiones emocionales y lleguemos más cansados a la cama. No es necesario machacarse en un gimnasio o correr durante horas; con media hora de ejercicio diario y moderado pueden lograrse beneficios considerables en cuanto al sueño y la tonificación muscular se refiere. Eso sí, evite practicarlo por la noche, ya que de este modo estaría activando su organismo y favorecería el efecto contrario, es decir, las dificultades para conciliar el sueño.

Técnica de Liberación Emocional (EFT)

La Técnica de Liberación Emocional (EFT por sus siglas en inglés) es una práctica cada vez más extendida en occidente. Consiste en una mezcla de acupuntura (que aplicamos nosotros mismos golpeando nuestro cuerpo con los dedos) y la repetición de frases positivas, casi a modo de mantra.

Valeriana

La valeriana es una de las plantas sedantes más comunes. Tenga en cuenta que su efecto es más efectivo cuando es consumida durante un periodo largo de tiempo, por lo que no hay que descartarla si no notamos sus beneficios con las primeras tomas.

Lavanda

Al igual que la valeriana, la lavanda es conocida por sus efectos ansiolíticos y relajantes, aunque para sentir los beneficios de esta planta no deberemos consumirla por vía oral, sino aspirando su delicioso aroma durante los momentos previos a acostarnos y durante la noche.

Evitar cenas copiosas

Para evitar problemas a la hora de conciliar el sueño, es recomendable acostarse con la digestión completamente hecha. Para ello, lo ideal sería no comer nada durante las tres horas previas al sueño, así como evitar beber en exceso (sobre todo líquidos estimulantes y alcohol).

Ducharse por la noche

Todos hemos experimentado el efecto relajante que provoca una buena ducha. Ello se debe, fundamentalmente, al contraste de temperaturas que se produce durante y después de ducharnos. Cuando salimos del baño, nuestro cuerpo se enfría (al igual que al poco rato de estar acostados) y entiende que ha llegado la hora de irse a dormir.

Deja un comentario