Beneficios de dormir bien

Beneficios de dormir bien

En este mundo veloz en el que vivimos, son muchas las personas que buscan desesperadamente productos para dormir. Y no es de extrañar, ya que hay estudios que revelan que dormir sistemáticamente menos de 6 u 8 horas influye negativamente en nuestra salud. De hecho, se estima que reducir habitualmente el descanso por la noche incrementa en más de un 10% el riesgo de muerte prematura.

Sin embargo, dormir en exceso tampoco es un buen indicio. Los expertos calculan que dormir regularmente más de 9 horas puede ser síntoma de alguna patología, más o menos grave. Así que, teniendo en cuenta todos estos indicadores, se calcula que lo ideal es dormir entre 6 y 7 horas cada noche.

¿Cómo son las personas que duermen bien?

Pues, normalmente, una persona que duerme bien presenta un índice superior de memoria y de creatividad. Dormir consolida los recuerdos, nos ayuda a ordenar la información recibida durante el día y a jerarquizarla. En consecuencia, si duermes bien serás más creativo y tendrás más y mejores ideas. Y, además, aumentarás tu capacidad de aprendizaje.

También es posible que las personas que descansan por la noche adecuadamente sean más atractivos, dentro de los atributos personales de cada uno. El motivo es que el sueño es reparador y un tratamiento de belleza efectivo y contundente. En general, nos hace parecer más saludables.

En esta misma línea, cabe destacar que dormir bien también tiene efectos contra la obesidad. Es curioso, pero hay estudios que demuestran que dormir más de la cuenta aumenta el índice de masa corporal un 0’2%, mientras que la falta de sueño lo incrementa hasta un 1’4%. Curioso, ¿verdad? A veces, basta recurrir a productos para dormir naturales, para mejorar los problemas de insomnio.

Beneficios concretos de dormir bien

Son muchos y están totalmente demostrados. Nosotros vamos a resumir a continuación lo que consideramos más importantes:

Mejora nuestra apariencia física: como hemos dicho, el sueño es reparador y nos hace estar más bellos y relajados. Además, el descanso hace que nos vemos mejor a nosotros mismo. Por otro lado, si dormimos poco, tendemos a comer más y podemos engordar. Se calcula que la falta de sueño puede llegar a hacernos comer una promedio de 500 calorías más cada día. Favorece la actividad mental: para empezar, tomamos mejores decisiones. Pero además, mitigamos los malos recuerdos porque en la fase REM éstos se ponen en perspectiva, se filtran y se reconsideran. Pierden intensidad. También, como hemos visto, favorece el aprendizaje y la memoria a largo plazo. Y nos ayuda a ser más organizados, manteniendo el foco de manera más sencilla. Mejora la actividad sexual: si estamos descansados, estamos más predispuestos al sexo. Tenemos más ganas de mantener relaciones y nos resulta más fácil expresarlo. Nos hace estar más activos, con lo cual tenemos más capacidad de practicar deporte o actividad física. Nuestros músculos rinden más y aprovechamos mejor los entrenamientos. Mejora nuestro carácter: si dormimos bien, se reduce la irritabilidad. Somos más compresivos y discutimos menos. Fortalece nuestro sistema inmunitario: al dormir, respetamos nuestros ritmos vitales y eso aumenta las defensas. Nos hace más fuertes y más resistentes a las enfermedades.

Revisa tus hábitos

Ahora que ya sabemos todos los beneficios de dormir bien, vamos a aprovecharlos. Haz un repaso de las horas que duermes al día, revisa la regularidad de tu descanso y valora la calidad de tu sueño. Si ves que no acaba de ser correcto, modifica tus hábitos para conseguirlo.

Ten en cuenta que, dormir poco entre semana e intentar recuperar de golpe las horas de sueño durante el fin de semana no funciona. Si tienes problemas para mantener un sueño reparador, busca entre las terapias naturales productos para dormir. Hay buenos y sanos remedios para conseguirlo.

Por otro lado, trasnochar no es malo, siempre que no se convierta en algo habitual. De lo contrario, puede tener efectos nocivos y negativos sobre nuestra salud física y mental.

Por último, echarse una siesta breve a lo largo del día, es muy beneficioso. Nunca debe superar los 30 minutos, para no quebrar nuestro ritmo vital. Este descanso limitado durante la jornada reduce la presión arterial y es beneficioso para el corazón. Además, resetea la mente y el cuerpo y nos ayuda a acabar mejor el día. También a descansar mejor por la noche.

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