Beneficios de hacer una pequeña siesta durante la jornada laboral

Beneficios de hacer una pequeña siesta durante la jornada laboral

Dormir bien es sinónimo de salud, y lo es también porque beneficia nuestra concentración así como otras cualidades que utilizamos para trabajar mejor. En este aspecto la ciencia lo tiene claro y evidencia que dormir entre 15 y 30 minutos después de comer es mejor que tomarse un café.

Mejorar la productividad en el trabajo no es solo una cuestión de actitud, y es que una siesta puede ayudar en este sentido mucho más de lo que creemos. Los investigadores alemanes que han llevado a cabo este estudio no tienen ninguna duda de que la productividad y la siesta están relacionadas, e invitan a los trabajadores del país germano a copiar esta clásica costumbre española para rendir más.

Dormir la siesta después de comer tiene más beneficios que tomar un café

El uso del café es una constante en las oficinas de todo el mundo. Esta bebida tan energizante ayuda a mantenerse despierto, pero lo cierto es que no satisface la necesidad primitiva de tomarse un descanso. Dormir la siesta, por otro lado, da al cuerpo ese descanso que necesita y es capaz de aumentar el rendimiento intelectual hasta un 40% en las horas posteriores.

Para el trabajo que se realiza en jornada partida y requiere de cierto esfuerzo mental no hay nada mejor que dormir unos minutos. El estudio alemán demuestra que las personas que duermen la siesta y después acuden a su puesto de trabajo rinden más por las tardes, ya que el sueño ayuda a fijar los conocimientos, restaura la capacidad para aprender nuevos conceptos y mejora la memoria.

La concentración aumenta y genera menos fallos en el trabajo

La falta de descanso o los problemas para dormir bien puede producir un aumento de fallos relacionados con la concentración y la atención focalizada. Esto puede ser muy importante cuando los trabajadores realizan actividades que requieren de medidas de seguridad, puesto que la falta de concentración en algunas tareas puede ser peligrosa para la salud o la integridad física.

Aunque pueda resultar algo chocante para algunos empresarios conservadores, lo cierto es que promover el dormir la siesta en las empresas puede ser muy positivo para el equipo y para la productividad de la compañía. Esto se puede ver claramente en el caso de la gran compañía Google, que cuenta con cómodas tumbonas en su sede principal para que los empleados tengan la oportunidad de descansar unos minutos.

Dosificar la siesta también es clave y tiene su secreto

Dormir la siesta no significa entrar en un sueño profundo, ya que pasarse podría producir el efecto contrario al deseado. Por este motivo los expertos indicen en que no es necesario adecuar una completa sala de descanso o instalar tumbonas como en las grandes compañías, ya que se trata de un sueño ligero.

Puede ser positivo que esta pequeña siesta se tome directamente sobre la mesa de trabajo, aunque sea un poco más incómodo. Esta iniciativa impediría que el sueño se extendiera demasiado ya que dormir más de 30 minutos no es muy aconsejable. El exceso en la siesta podría producir que las personas se despierten un poco aturdidas y que les cueste un poco más conciliar el sueño en la noche.

Recuperar la cultura de la siesta en nuestro país

Esto que suena tan anticuado para los españoles no se entiende de la misma manera en otros países. Para Alemania o para los Estados Unidos el concepto de la siesta es absolutamente innovador y atiende a un nuevo concepto de estilo de vida o de forma de trabajo. En España por el contrario se asocia a las tradiciones o a las costumbres que se adoptan durante las vacaciones.

Cambiar este concepto y volver a integrar la siesta como algo cotidiano entre los trabajadores puede ser ligeramente complicado. A pesar de ello ya existen algunas empresas modernas que aplican este principio en nuestro país. Por otro lado, aquellas compañías extranjeras que operan en España y comienzan a implementar esta costumbre en sus otras sedes también la adaptan a las sucursales de nuestro país.

Es posible que los trabajadores del futuro tengan interiorizado el concepto de la siesta en todo el mundo y la tradición española quede como una simple anécdota del pasado.

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