Cómo elegir un buen colchón
Posiblemente, no hay nada más reparador que una plácida noche de sueño ininterrumpido. Todo influye a la hora de conciliar el sueño: que dispongamos de una cama cómoda, disfrutar de un ambiente tranquilo y silencioso a nuestro alrededor, que la habitación donde estemos tenga la temperatura adecuada o disponer de una buena equipación para la cama con la ropa apropiada para cada época del año.
El colchón es uno de los elementos que más puede incidir en el descanso, pero hay una oferta tan amplia a nuestra disposición en el mercado que a veces resulta difícil decidir cuál es la mejor opción. Si te preguntas cómo elegir un buen colchón, antes de tomar una decisión es necesario tener en cuenta diversos factores. El primero de ellos es analizar las características de la persona o personas que van a hacer uso de él. Es importante tener en cuenta el peso, la postura en la que dormimos habitualmente, si padecemos alguna dolencia o enfermedad o la temperatura del lugar donde queremos instalar nuestra cama. No es lo mismo un clima frío que uno cálido.
Si no sabes cómo escoger un buen colchón, recuerda que el precio también será un elemento determinante. Incidirán además nuestras preferencias personales a la hora de escoger, por ejemplo, el grado de firmeza de un colchón. La prueba en el punto de venta del colchón puede ayudarnos a saber en qué modelos de colchones nos encontramos más cómodos para dormir, o si los preferimos más o menos rígidos.
Ventajas y desventajas de los materiales
La primera duda que se suele tener a la hora de comprar un colchón es cuáles son las ventajas y desventajas de cada uno de los materiales empleados en la fabricación. Podemos encontrar modelos de espuma, muelles y látex.
Para quienes buscan información sobre cómo escoger un colchón, es fundamental entender que cada material ofrece diferentes beneficios. Por ejemplo, los colchones de espuma de poliuretano o poliéster destacan por su elasticidad y soporte.
Los colchones de muelles
Los colchones de muelles tienen entre sus ventajas su firmeza y transpiración, aunque hay grandes diferencias según el tipo de muelle o las capas de amortiguación y acolchados. Mencionaremos dos tipos: los colchones de muelles firmes están formados por un cuerpo central de muelles rodeados de capas de amortiguación hechas con fibra, espuma, látex o material viscoelástico; y los colchones de muelles independientes ofrecen un grado de firmeza y se adaptan mejor a la fisonomía de la persona. También este tipo de superficies, el grosor es garantía de calidad. En general, son más duraderos si se siguen las indicaciones de cuidado y conservación del fabricante. Los materiales transpiran mejor y no condensan humedad, por lo que son apropiados para personas y ambientes calurosos. Los muelles son además una buena opción para dormir en pareja por su firmeza, ya que se crean dos zonas de descanso independientes.
Colchones de espuma de látex
La tercera categoría son los colchones de espuma de látex que pueden estar hechos a partir de un derivado del caucho o también de manera sintética a partir del petróleo. El látex se caracteriza por su alta elasticidad que proporciona confort al adaptarse al cuerpo perfectamente. Hay modelos mixtos que combinan este material con muelles o con espuma. El colchón elaborado únicamente con látex debe tener una altura mínima de 15 centímetros. Entre sus ventajas destacan su larga duración y sus propiedades hipoalergénicas. La mayor desventaja es que es poco transpirable y requiere mucha ventilación para evitar humedades y moho.
Ahora que conoces más sobre las características de cada material y cómo influyen en el descanso, tienes más información sobre cómo elegir un buen colchón. Recuerda siempre considerar tus necesidades específicas y tus preferencias personales al tomar esta decisión tan importante.
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